Garantizar la seguridad de los trabajadores es una de las principales responsabilidades de cualquier empresa. Aunque seleccionar los Equipos de Protección Individual (EPI) adecuados es esencial, es igual de importante saber el orden para ponerse el EPI y retirarlo correctamente.
Un protocolo claro no solo optimiza la protección, sino que también reduce los riesgos de contaminación cruzada y asegura que cada elemento funcione de forma efectiva. Esto no solo protege la salud de los empleados, sino que también reduce costes, evita interrupciones y mejora la reputación de la empresa en el mercado.
¿Por qué es fundamental seguir un orden adecuado?
La correcta colocación y retirada de los EPIs no es una cuestión de detalle: puede marcar la diferencia entre un entorno laboral seguro y uno plagado de riesgos. Un informe del Ministerio de Trabajo y Economía Social sobre accidentes laborales destaca que un alto porcentaje de lesiones en el sector industrial podría evitarse mediante una correcta implementación de medidas preventivas, incluyendo el orden para ponerse el EPI.
El orden recomendado para ponerse el EPI
Aunque puede variar según el tipo de equipo y las condiciones de trabajo, existe un consenso general sobre los pasos a seguir al colocar un EPI. Siguiendo este orden para ponerse el EPI, no solo se garantiza la seguridad del trabajador, sino que también se minimizan las posibilidades de cometer errores que podrían comprometer la protección:
Higiene inicial
Antes de manipular cualquier EPI, es crucial lavarse las manos con agua y jabón o desinfectarlas con una solución alcohólica. Esto ayuda a evitar que agentes contaminantes entren en contacto con el equipo y, por ende, con el cuerpo del trabajador.
Protección corporal
Comenzar por colocar la prenda que cubre la mayor parte del cuerpo, como un mono desechable o una bata de protección. Esto asegura que las áreas más expuestas queden protegidas desde el primer momento.
Protección ocular y facial
A continuación, es el turno de las gafas de seguridad y, si es necesario, de una pantalla facial. Estas deben ajustarse correctamente para evitar espacios por donde puedan entrar partículas o salpicaduras.
Protección respiratoria
Colocar la mascarilla o el respirador asegurándose de que quede bien sellado. Este paso es crucial, especialmente en entornos con riesgo de exposición a aerosoles o vapores químicos.
Protección de las manos
Por último, ponerse los guantes. Asegurarse de que cubran completamente las muñecas y queden ajustados, ya que unas manos protegidas son esenciales para manipular cualquier material o equipo sin riesgo.
El orden recomendado para quitarse el EPI
Si el proceso de colocación es importante, el de retirada no lo es menos. De hecho, muchos de los riesgos de contaminación cruzada se producen al quitarse el EPI. Por ello, se recomienda un protocolo claro que minimice cualquier exposición:
1. Retirar los guantes
Esta es la parte más expuesta y, por tanto, la primera que debe quitarse. Es importante hacerlo con cuidado, evitando que la piel entre en contacto con la parte externa del guante.
2. Quitar la protección ocular y facial
Las gafas y pantallas deben retirarse manipulándolas desde las cintas o correas, nunca tocando la superficie frontal.
3. Retirar la protección respiratoria
Al quitarse la mascarilla o respirador, se debe evitar tocar la parte que estuvo en contacto con el rostro. La retirada debe hacerse desde las bandas elásticas.
4. Quitar la protección corporal
Finalmente, se retira la bata o el mono. Este paso debe hacerse enrollando la prenda hacia adentro, de forma que la parte exterior quede contenida y no entre en contacto con el cuerpo.
5. Higiene final
Una vez retirado todo el EPI, es fundamental lavarse bien las manos para eliminar cualquier residuo que pueda haber quedado.
Beneficios de seguir el orden adecuado para ponerse el EPI
Adoptar estas pautas no solo mejora la seguridad laboral, sino que también aporta ventajas significativas para tu empresa.
Reducción de accidentes: Al garantizar que cada pieza del EPI se coloque y retire correctamente, se disminuye la probabilidad de exposición a riesgos laborales.
Cumplimiento normativo: Seguir un protocolo bien definido ayuda cumplir con las normativas de seguridad, evitando sanciones y mejorando tu imagen ante clientes y organismos reguladores.
Optimización de recursos: Al minimizar los accidentes, las empresas reducen las interrupciones, las bajas laborales y los costes asociados a la atención médica y la sustitución de trabajadores.
Confianza y productividad: Cuando los empleados saben que están protegidos, trabajan con más confianza, lo que se traduce en un aumento de la productividad.
Garantiza la protección total
Establecer un orden para ponerse y quitarse el EPI correctamente no es solo una cuestión de prevención, sino una estrategia integral que beneficia a trabajadores y empresas por igual. Priorizar la seguridad laboral, adoptando un orden riguroso en el uso de los EPIs, es un aspecto que, a largo plazo, marca la diferencia.
Cuidar la seguridad laboral no es solo una necesidad, es un compromiso con el bienestar de tu equipo y la eficiencia de tu empresa. En Casmar 2000 nos especializamos en brindar equipos de protección y suministros industriales. Contacta con nosotros y encuentra la solución que necesitas para garantizar un entorno de trabajo más seguro.